26/2/14

one more update

Una mica farta about the whole thing. 
Doctora de la clínica del dolor, literalmente: "es que tú tienes un carácter que quieres solucionarlo todo ya". 
Acabábamos de comentar que estoy aguantando el dolor desde agosto.
El contexto es que las infiltraciones me han mejorado mucho aunque noto que me vuelve algo del dolor antiguo. Y en su entorno de quitar dolor tiene razón. Pero me ha jodido que no viera posible que me vayan a operar prontito, aunque tampoco sabe ella.
Que me han entrado ganas de llorar, vamos.
Next week cirujano once again.
Y volvemos y volvemos a empezar.
Y cuando salgo de la consulta noto el dolor en el coxis.
Y después de la siesta, dolor en el coxis.
Y ese dolor me da susto.
(El susto tampoco se puede cuantificar clínicamente)

7/2/14

Fase tres: algo es algo, o quien no se conforma es porque no quiere

La noche antes de ir a que me pongan infiltraciones epidurales de cortisona me acuesto y me da la risa, porque me acuerdo de una anécdota: un amigo lejano por Facebook me está aconsejando cosas para la lumbalgia (de las que ya me dan risa, como ponerse calor), incluso el nombre de una pastilla (obviamente no sabe el estadio en el que me encuentro de probatas de medicación) y finalmente me dice que ponga marihuana en alcohol isopropílico. Yo pienso, no uso marihuana, aunque si hiciera falta sabría cómo encontrarla. Pero pienso más, y le pregunto, "¿Y luego que haces con la infusión de marihuana y alcohol, te la bebes?". Y aquel se meaba de risa y dice que no, que te haces friegas. Pues sí, ya decía yo que el chupito iba a ser un pelín fuerte para tomar.  

Pues en mi idea de beberme la pócima me acuerdo allí acostadita en mi postura, y me empiezo a reír como si realmente me la hubiera bebido.
Algo es algo. 

El día siguiente llego mucho antes de las 7:30 al hospital, porque llevaba despierta desde las 3. Hay una señora mayor que llega a admisiones antes que yo, y por supuesto, está allí sentada en la sala de espera cuando yo llego. 
Se vuelve hacia mí y dice:
Aquí és on ens adobaran, no?

Me encanta que me adoben.
Los pinchazos dolieron, pero el señor salado celador o técnico que ponía el aparato de rayos x que permite ver la columna en la pantalla de arriba me la piropeó.
—¡Qué bonito, qué bonito!
Algo es algo.

Y hoy, tres días después, estoy mejor porque no tengo el dolor horrible que no me dejaba dormir, aunque por primera vez en la fase tres me ha dolido pierna y rabadilla por la mañana.
El día 20 tengo el control de esto, y se supone que antes es demasiado pronto. A saber qué mejorías puedo esperar. No esperaré mucho per si de cas.

Pero lo bueno es que a partir de ahí viene todo rodado: 24 electrocardiograma y anestesista, y 27 neurocirujano de nuevo. Ahí sí que espero que me vaya buscando una fecha tempranita. Principios de marzo, Universo, te pido.