2/2/24

De cuidados y universos


Profesionales médicos manifestándose en Madrid
EFE/Rodrigo Jiménez











Otro traumatólogo de la seguridad social (a mí no me había pasado, sí a mi madre, por ejemplo), que me dice que no le importan los informes de una resonancia, que quiere hablar con la persona que sufre, que llora, que puedo llorar allí si quiero. Que me parece que lo he perdido todo y que a veces me quiero morir. Que si me cogen y me aprietan del cuello, ¿qué pasa? Pues que duele. Todo esto para explicar lo que yo ya sé que es una estenosis de la médula. A ti sí que te apretaría yo el cuello.

Señor doctor naturalista y humanista (mansplainer y más cosas que le diría ahora), que me dice que él sí que lo ha perdido todo y ahí está. A cada uno le duele su dolor. ¿Qué sabe usted de mi vida? Lo que pone en mi historia, quizás. ¿Qué, ya me han clasificado de neurótica? (creo que una vez, el médico de familia del pueblo le dijo al médico en prácticas de turno que tenía una "madre neurótica"). Solo porque me quejé a la enfermera el otro día de que ya el sistema me está jodiendo más que arreglarme.

O sea, no me ha visto una psicóloga de la S.S. aún y el traumatólogo me hace de psicólogo y me dice que no pongo de mi parte. Me dice que nade. La recomendación del día uno, cuando la primera hernia discal. No nado, no, pero usted no sabe qué otras cosas hago, como yoga, y si este puto pasado año no he podido hacer yoga ni estiramientos porque tenía otras preocupaciones.

Que la psiquiatra de la seguridad social, por otro lado, me ha cambiado el tratamiento, que no me ha beneficiado de forma visible, y cada vez que voy me dice que me vaya bajando el ansiolítico. Pues que me dé con un martillo en la cabeza.

Que la psicóloga privada ha llegado a proponerme un tratamiento que ella no lo sabe, pero yo –y cualquiera con criterio– diría que es una estafa.

Que mi gestora actual no me quiere hacer un cese de actividad con derecho a prestación porque nunca lo ha hecho, que "los autónomos se dan de baja y se buscan la vida", pero al mismo tiempo me dice que no sabe dónde voy a encontrar trabajo yo ahora.

Total, que la solución, según todos los estamentos, es que vaya a casa de mi madre y que ella me alimente. Y buena que es la solución, y lo es porque yo lo he decidido, y gracias que doy por tener un techo y una madre.

Pero no todos tienen esa suerte. Si estuviera sola en la vida, aquí en Barcelona, sin poder pagar el alquiler, ¿qué?

Que al final todos estamos solos en un mundo que ya es capitalista sin remedio. Cada palo que aguante su vela. Y que el mundo no se va a la mierda, ya está en la mierda.

Oí a alguien decir el otro día en la tele que la gente se preocupa por la inteligencia artificial (que sí, que es responsable de que yo ahora no tenga trabajo), pero que no hacía falta, que la inteligencia natural ya se ha cargado al planeta.

Pues nada, a cuidarse, amiguis. Que nadie lo va a hacer por nosotros. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario