14/3/22

De vuelta en la época victoriana

Pues
para seguir con el post sobre lo que cuesta que te hagan caso si tienes dolores musculares en el sistema de salud, añado:

He puesto este título al post porque parece que lo de la histeria femenina no está superado.
Llevo meses sufriendo de intensos dolores cervicales (y después un brazo, luego el otro) y meses oyendo lo de "posa't escalfor" (a los cojones, diría yo), que si son los nervios, que si no te tomes antiinflamatorios, que si haz rehabilitación para no se sabe qué, que necesitas un osteópata (pa' mí, particular, aquí guardado bajo la cama, supongo)...*

Desde septiembre: dos veces de ir a urgencias del CAP y recibir medicación fuerte que ya no puede ser. Una rehabilitación por parte de una mutua mientras espero la rehabilitación de la Seguridad Social. Una navidad -y desde esa navidad- con la puta escalfor en el cogote.

Medio enero amargada. Un mes de febrero de baja.

Baja de autónoma que sabes que te dan el 60-75 por ciento de la base y aún pagas la cuota. Eso sí, para recibir este dinero te mandan unos PDF que rellenar que tú dices: "Joder, pero si estoy de baja porque no puedo ver más pantallas, más pestañas, más PDF..." y tardas como no sé cuántos intentos en rellenar el tercero, que no se guarda, y mensajito va y mensajito viene con la mutua. Esa mutua colaboradora con la Seguridad Social que todos los autónomos pagamos... para que luego nos estén presionando para que nos demos de alta. Es como un mini-tribunal médico. Encantador.
Baja porque me presiona el sector y el mercado, o la vida, yo ya no sé. Y luego presión por el otro lado.

* Lo del osteópata me lo dijo la señora doctora de esa mutua que te pincha que te des de alta, ni que fueras tú a arruinar a la Seguridad Social por los 300 euros que te quedan tras pagar la cuota (que llevas 15 años pagando).

Que la amable doctora que me dio la baja me mandó a la psiquiatra. Bien, eso lo gestionaron bien. Pero a electromiografía aún está pendiente (desde el 28 de enero). Entre tanto, después de las dos rehabilitaciones, hacer ejercicios por mi cuenta, mi yoga (que voy a parar de hacer ya porque ayer me dolía todo lo que tiene que ver con el cuello), no estoy mejor. Estoy peor.

El viernes voy a ver que me interpreten los resultados de una resonancia que me pedí por la mutua y en la que el traumatólogo supone que "no saldrá nada". Pues hijo, no sé lo que saldrá. Pero algo saldrá. Que espero que sea algo fácilmente solucionable. Y que si no es nada, y son realmente nervios, vamos a ver como lo soluciono, porque yo ya estoy harta de seguir todos los consejos de todos los profesionales sanitarios (y lo que es peor, a las personas random). Y de acudir y pagar a psicóloga, osteópata... La psiquiatra de la SS ahora sigue controlando la medicación (que no es más que un poco más de lo que tomaba antes) y, por un detallito que le conté dice (como digo yo), "sí, está relacionado con los nervios".

Sinceramente, estaba acojonada. Y ayer vi el informe que aún tiene que interpretar y contarme el traumatólogo, pero me ha dejado tranquila porque después de muchas cosas complicadas dice algunas cosas "dentro de la normalidad", y al no decir nada de hernia he descansado porque era mi peor miedo.

Porque yo intento hacer lo correcto. Mucho, demasiado. Intento tranquilizarme. Intento disfrutar de la vida, lo poco que se puede, pero se puede. Sí, disfruto. Los ratos que puedo. Pero ocho meses con un dolor que ha oscilado entre horrible y molesto no son algo que te ayude a ser positiva, que dicen otros. Que lo digo yo, que sé que es importante.

Pero cuando una persona racional e inteligente como yo tiene este dolor y lo dice e insiste y busca soluciones, quiere soluciones científicas. Y si no las hay, me voy ya mismo a firmar mi testamento vital -y del otro también-, porque a veces me dan ganas de gritar lo que Matías Prats. Que yo todo lo que tenía que hacer en esta vida, lo tengo hecho. Mira.


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