Estoy con un amigo examante que ha quedado con una joven prima suya. Que ahora tiene una niña de unos cuatro años, que tiene un padre que no conozco y bueno, al menos le proporcionó a la niña. Porque el culto al niño se ha despertado en las últimas décadas. Y a la maternidad o, como ellos lo llaman, la crianza.
Entonces la chica, haciendo conversación como toca, me
pregunta si tengo hijos. Cada día me lo preguntan menos y me sorprende más,
pero vale, aunque tenga aspecto de tener una edad, puedo haber tenido hijos
hace veinte años. Yo digo simplemente que no.
Mi amigo, ni corto ni perezoso:
—No, es que ella es anti.
Yo, ojiplática.
No soy de reacción rápida. Así es que luego no puedo dormir
por las noches cuando pienso en lo que tendría que haber dicho. ¿Anti qué? ¿Anti-niños,
antimaternidad? Antigilipollez sí, ya te lo digo yo. De mí se sabe que no tengo
hijos, que nunca quise tener, o al menos que nunca fue mi plan. Pero también he
contado que en una época fantaseé con tener una niña y en cómo la podría criar
en este piso tan pequeño. Que era sobre los treinta y pico e igual lo podrías
atribuir a ese supuesto reloj biológico que fui a negar en un programa de televisión,
pero que era más bien eso, una fantasía y la niña era específica y tenía que
ser hija de otra persona específica. End
of story.
Que también he dicho que ese era el plan. O el no plan.
Desde la adolescencia. Así como mi hermana soñaba con casarse y tener hijos, yo
soñaba con tener un trabajo y ser independiente. Como mi profesora favorita de
todos los tiempos de la etapa de la FP. Pero también he dicho oftentimes que alguien (léase una pareja
con todo el conocimiento y en el momento adecuado) me hubiese podido convencer.
Y no habría sido la peor madre. Porque mi motivo para no querer tener hijos es
que sé que es una tarea muy difícil, ardua y que no siempre sale bien, por
mucho que te esfuerces.
Ahí es cuando lo de la “crianza” me pica. Me parece naïve la idea que tienen algunas mujeres
de que si ellas crían sus hijos van a ser mejores que otros. No creo que
funcione así. Hay muchos buenos padres, o ya no digo buenos, solo tienes que
ver los tres hijos, pongamos de unos padres normales (tirando a buenos) que
fueron los míos. Y los de cualquiera. Tenéis ejemplos por doquier.
¿No veis que todos han sido educados igual y luego cada uno
es de una manera? ¿No veis que estamos inmersos en una sociedad que también es
padre de ese niño? Y que, encima, si lo intentáis proteger de esa sociedad lo
vais a volver imbécil?
Pues nada. Si el comentario de mi amigo me dejó atónita, la
respuesta de la madre ya me puso la cabeza a rodar como una peonza que si no me
la sujeto sale volando.
—Pero ella no tiene por qué saberlo —susurrando, casi no sé
cómo no le tapó las orejas a la niña que, por otra parte, estaba por allí a su
bola.
A ver. Señores. Primero, si ella pilló lo que quería decir
él, igual soy marciana. Igual sí, ellos piensan que si no quieres tener hijos
eres “anti-hijos”, anti-niños, o lo que ellos hayan entendido.
Pero que una no quiera tener hijos no la hace anti-nada. No existe ese concepto, como
antiaborto, por ejemplo. Que sea pro-aborto no implica que quiera abortar. Pues
lo mismo, si no quiero niños no quiere decir que sea anti-niños, a ver si me
explico.
Pero esa reacción de esa madre. Vamos, es que, primero, que
no soy anti-nada. Pero segundo, aunque lo hubiera sido. ¿Por qué no va a poder
oírlo la niña, en qué la va a traumatizar que yo no haya procreado? ¿Va a ser
más feliz sabiendo que NO todas las mujeres tienen que ser madres? ¿Será
peligroso que sepa que hay esa opción? ¿Se va a extinguir la humanidad porque
algunas mujeres no queramos parir?
No, ya te digo yo que no, porque la pulsión de reproducción
es demasiado grande. Y, en todo caso, el mundo se va a extinguir precisamente
porque los humanos lo estamos destrozando. Así que por favor. Tened hijos,
educadlos como buenamente podáis, pero no intentéis protegerlos de las cosas “feas”
de la vida, porque, you know what? Se
las van a encontrar, y cuanto menos sepan de ellas más grande va a ser la hostia cuando se las topen. No les
digáis que sí a todo. Dadles un umbral de frustración, que falta les va hacer
en esta vida.
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