26/1/14

26 de enero con muchos paréntesis

Y veo que es otra vez como un mes antes de la segunda visita con el cirujano. Ayer tuve ganas de llorar, cuando fui al cine a ver El Médico (ni loca se me ocurre leer el libro, pero la peli me gustó), y me emocionaba cómo avanzaba la medicina cuando aún no sabían extirpar el apéndice, y al tiempo ver cómo ahora en estos tiempos llevaré entonces esperando 3 meses para una operación de una hora. Y la SS pagando una baja (de mierda, pero tota pedra fa muntó), y montones de medicinas (15 euros pagué yo ayer para la cantidad de dos semanas... cuénta cuánto pagamos los contribuyentes).


Aparte de mi queja administrativa, esta noche he estado luchando con (qué digo luchando, resistiendo) el dolor desde las 3:45. A partir de ahí, aguanta, entretente con FB en el móvil, lee un rato, intenta dormir otro, quizás duerme otro. Pero sé que he mirado la hora a las 4:45, a las 6, a las 7 y que a las 8 me he tomado las medicinas, he acabado por fin mi libro, esperando que se me fuera el dolor, aunque sabía que no se iba a marchar. A las 9, como viene siendo costumbre, me he levantado porque es ya la única manera de no prestar atención al dolor horrible.
Lo de ayer del cine, por cierto fue, además de por complacer a un amigo a quien siempre digo que no al cine, para probar: quizás ese asiento lo soporto, como soporté el del Club Comedia el día de Amanece, que no es poco. Pero no such luck: suerte que nos pusimos al final contra una pared, sin nadie alrededor, porque tuve que estar de lado sobre el asiento con las piernas recogidas bien hacia delante, bien hacia atrás, con un pie sobre el asiento de al lado, bien sentada hacia delante en el borde del asiento un ratillo. Definitivamente, no cinema for me.
También intentaba investigar cómo me iría ir a Madrid en AVE, y espero que el asiento sea mejor o que tenga suficiente espacio para acurrucarme de lado. Lo bueno es que ahí sí me puedo levantar y pasear todo lo que quiera. En principio pensé que el avión sería mejor porque todo lo que hay que hacer (y que a la gente le parece tanto más incómodo que el tren), es más variado para no dejar de cambiar de posición. Pero luego veo que igual tendría que estar sentada mi buena hora y media (los 45 del vuelo más todo lo de antes y después, no nos engañemos), y ahí si que no hay posibilidad de acurrucarse ni pasearse. Así que la opción es la mejor y cruzo los dedos para no empeorar de aquí al 21, que es para cuando tengo el billete. Con suerte, me han puesto infiltraciones, otra consideración en la toma de decisión de ir a Madrid. Voy para llenar el tiempo desesperante hasta la cirugía, a visitar a unas queridas amigas que sé que me van a cuidar y me va a hacer bien psicológico verlas.
Y hoy a pesar de la mala noche, me he dedicado a acabar la limpieza de la casa, que hago por etapas en días distintos, a podar una planta del balcón que ha sido como cortarle las puntas abiertas a Sidekick Bob (Actor secundario Bob). El sol, la buena temperatura en un día de invierno. Esperanza.





22/1/14

Cançons i vida

Estos días me viene a la cabeza mucho la canción Un directiu em va acomiadar, de Manel, en relación con mi visita con el cirujano el día 16, en la que quería ahogarlo si no me operaba pronto, pero que, por supuesto, hice de dona respectable que entén que són coses que passen, y después, acceptava i assentia la senyora obedient que porto dintre.

En este caso, un cirurgià em va donar llargues. Pero sigo estando enfadada y con ganas de retarlo a duelo o echar abajo la puerta de su despacho de un puntapié.

Y como ayer estuve acabando de traducir las canciones del último disco aprovecho aquí para poner la traducción. Hay muchas traducciones en la red, pero la mía es la mejor, por supuesto. Ellos deberían haberla puesto ya. Yo como profesional me ofrecí a su manager para hacerlo por gusto (y mira que yo sin cobrar no muevo muchos dedos en los últimos tiempos), pero me dijo que preferían hacerlo ellos (duh! como que no iba a dejar que lo editaran ellos) y que las pondrían en breve. Hace como medio año. Ay, los odio a veces.

Total, que aquí dejo la letra original y la traducción.

Y por cierto, ya que estamos, voy a ponerlas todas en mi blog de traducción, ya que ellos no han encontrado un hueco (como el cirujano) aún para hacerlo.

Es que me encanta el tono de enfado con gracia de esta canción. (¡¡Estirar-me dels cabells com posseït!!)

13. UN DIRECTIU EM VA ACOMIADAR
Un cop a la setena planta vaig saludar la secretària.
I hauria pogut fotre amb el peu la porta avall,
cridar “he sentit que hem de parlar; doncs parla”.
O dir “em sap greu, però t’equivoques, i del tot,
no has calculat que estic molt boig. En guàrdia! En guàrdia!”.
Quan vaig fer d’home respectable 
que entén que són coses que passen
i un directiu em va acomiadar.
I hauria pogut portar un barret ben divertit,
reptar-lo a un duel i requerir l’espasa,
o estirar-me els cabells, com posseït,
notar-lo ben acollonit, mirant-me, mirant-me. 
Quan acceptava i assentia 
el senyor obedient que porto a dintre
i un directiu em va acomiadar.
Jo l’obeïa i em va acomiadar. 
I aquest va ser el punt i final
d’aquest bell conte al•lucinat 
que ensenyarà, potser, als petits
i distraurà, esperem, els grans.
I aquí s’acaba la funció
el directiu i el nostre heroi 
us saluden, us saluden.



13. UN DIRECTIVO ME DESPIDIÓ

Una vez en la séptima planta saludé a la secretaria.
Y habría podido echar la puerta abajo de un puntapié,
gritar “he oído que tenemos que hablar; pues habla”.
O decir “lo siento, pero te equivocas, y del todo,
no has calculado lo loco que estoy. ¡En guardia! ¡En guardia!”.
Cuando hice de hombre respetable
que entiende que son cosas que pasan
y un directivo me despidió.
Y habría podido llevar un sombrero muy divertido,
retarlo a un duelo y requerir la espada,
o tirarme de los pelos, como poseído,
notarlo bien acojonado, mirándome, mirándome.
Cuando aceptaba y asentía
el señor obediente que llevo dentro
y un directivo me despidió.
Yo obedecía y él me despidió.
Y este fue el punto y final
de este bello cuento alucinado
que enseñará, quizás, a los pequeños
y distraerá, esperemos, a los mayores.
Y aquí se acaba la función
el directivo y nuestro héroe
os saludan, os saludan.





17/1/14

17 de enero

Me despierto a las 5:30 con el dolor. Me levanto a las 5:40 y digo vale, hoy me tomo las pastillas a las 6. Me vuelvo a acostar y no pasa nada. En una escala del 1 al 10 es un dolor del 12. Espero la media o una hora de rigor a que haga efecto para poder dormirme hasta que dios quiera. Las 7, las 8, otra vez me quiero morir. ¿Voy a urgencias, a qué? A que me hagan las preguntas de siempre, las pruebas del hormigueo, de los reflejos, de caminar de punta y de talón... Sí, puedo moverme, no he perdido capacidad motora, pero me muero de dolor, señores.

Las 9, llamo a mi madre para quejarme, para el apoyo moral. Que busque la postura. Mama, desde las 6 que busco la postura, y son las nueve. ¿Cómo quieres que me ponga? El dolor está dentro.

Es que no tengo ganas de vestirme, aunque quisiera coger un taxi y largarme a urgencias. Otra vez resulta que es viernes, y esperaré a ver este finde. Pero si el lunes me despierto con este mismo dolor a las 5, a las 6, voy en pijama a urgencias, la primera. Que me atienda quien quiera. Gritaré.

Me puedo esperar, si aguanto, a que me llamen de la clínica del dolor para las infiltraciones. Así podría llegar posiblemente a la visita del día 27 cuando le diría a ese hombre que no lo puedo soportar más, y le suplicaría que me opere ya, y ya, y ya. Entonces tendré todo el preoperatorio hecho, per l'amor de déu.

Igual también, me callo ya y aprovecho estos momentos para ir buscando nuevos clientes para mi nueva etapa profesional. Porque los ahorros van a sufrir una bajada de mil pares de. Y no pienso volver a trabajar 12 horas al día durante x y z días at a time sin descanso, no sir!

Día 18
¡Repetimos! Como en el antiguo anuncio de las natillas. Hoy a las 6. Toma de dosis y hasta las 8.30 he aguantado en la cama. Desayuno, investigo qué hace una en casos así... lucho, hablo por teléfono. Me doy de alta en Ikea Business que resulta que es una de las pocas ventajas de ser autónomo: puedo comprar por internet. Son las 11.46 y el dolor es el mismo, no me engaño. Voy a salir a la farmacia que me falta uno de los medicamentos de cada toma. Y lo que pueda caminar.

Ayer confieso que me tomé 3 nolotiles que equivalen casi a una ampolla. Y algo me alivió. Mi madre dice que hoy no lo haga, que aguante. No sé. No sé. Me quiero morir casi, así que si es de sobredosis aún encontrarán un cadáver en medianas condiciones.