22/1/14

Cançons i vida

Estos días me viene a la cabeza mucho la canción Un directiu em va acomiadar, de Manel, en relación con mi visita con el cirujano el día 16, en la que quería ahogarlo si no me operaba pronto, pero que, por supuesto, hice de dona respectable que entén que són coses que passen, y después, acceptava i assentia la senyora obedient que porto dintre.

En este caso, un cirurgià em va donar llargues. Pero sigo estando enfadada y con ganas de retarlo a duelo o echar abajo la puerta de su despacho de un puntapié.

Y como ayer estuve acabando de traducir las canciones del último disco aprovecho aquí para poner la traducción. Hay muchas traducciones en la red, pero la mía es la mejor, por supuesto. Ellos deberían haberla puesto ya. Yo como profesional me ofrecí a su manager para hacerlo por gusto (y mira que yo sin cobrar no muevo muchos dedos en los últimos tiempos), pero me dijo que preferían hacerlo ellos (duh! como que no iba a dejar que lo editaran ellos) y que las pondrían en breve. Hace como medio año. Ay, los odio a veces.

Total, que aquí dejo la letra original y la traducción.

Y por cierto, ya que estamos, voy a ponerlas todas en mi blog de traducción, ya que ellos no han encontrado un hueco (como el cirujano) aún para hacerlo.

Es que me encanta el tono de enfado con gracia de esta canción. (¡¡Estirar-me dels cabells com posseït!!)

13. UN DIRECTIU EM VA ACOMIADAR
Un cop a la setena planta vaig saludar la secretària.
I hauria pogut fotre amb el peu la porta avall,
cridar “he sentit que hem de parlar; doncs parla”.
O dir “em sap greu, però t’equivoques, i del tot,
no has calculat que estic molt boig. En guàrdia! En guàrdia!”.
Quan vaig fer d’home respectable 
que entén que són coses que passen
i un directiu em va acomiadar.
I hauria pogut portar un barret ben divertit,
reptar-lo a un duel i requerir l’espasa,
o estirar-me els cabells, com posseït,
notar-lo ben acollonit, mirant-me, mirant-me. 
Quan acceptava i assentia 
el senyor obedient que porto a dintre
i un directiu em va acomiadar.
Jo l’obeïa i em va acomiadar. 
I aquest va ser el punt i final
d’aquest bell conte al•lucinat 
que ensenyarà, potser, als petits
i distraurà, esperem, els grans.
I aquí s’acaba la funció
el directiu i el nostre heroi 
us saluden, us saluden.



13. UN DIRECTIVO ME DESPIDIÓ

Una vez en la séptima planta saludé a la secretaria.
Y habría podido echar la puerta abajo de un puntapié,
gritar “he oído que tenemos que hablar; pues habla”.
O decir “lo siento, pero te equivocas, y del todo,
no has calculado lo loco que estoy. ¡En guardia! ¡En guardia!”.
Cuando hice de hombre respetable
que entiende que son cosas que pasan
y un directivo me despidió.
Y habría podido llevar un sombrero muy divertido,
retarlo a un duelo y requerir la espada,
o tirarme de los pelos, como poseído,
notarlo bien acojonado, mirándome, mirándome.
Cuando aceptaba y asentía
el señor obediente que llevo dentro
y un directivo me despidió.
Yo obedecía y él me despidió.
Y este fue el punto y final
de este bello cuento alucinado
que enseñará, quizás, a los pequeños
y distraerá, esperemos, a los mayores.
Y aquí se acaba la función
el directivo y nuestro héroe
os saludan, os saludan.





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