Por fin hay tres que quiero ver sí o sí.
A pesar del 21% de IVA, voy a ver las películas que quiero ver de forma compulsiva.
De factura más cercana (y más cercana a la vida cotidiana) es la que sí he visto ya, Una pistola en cada mano, de Cesc Gay. En la línea de siempre, no apta para machotes de tiros y explosiones ni para impacientes (y fue un reto ir aquel lunes, cuando estaba supernerviosa y cansadísima: pues no, no me dormí). Porque es primero uau, después "no sé si..." y después una semana de recordar detalles o escenas al despertar.
Me han sorprendido gratamente unos cuantos, como Leonardo Sbaragglia, Eduardo Noriega y mi favorito, Eduard Fernández. O su personaje, como él mismo se define, un "desgraciado global". Eso ya paga toda la película. Entre ellas, Clara Segura está de miedo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada